Highlights 2025
Congreso Internacional
Medicina Biorreguladora de Sistemas
METABÓLICA Y ENERGÉTICA CELULAR
A través del tiempo: La red Metabólica, Guardiana del Equilibrio
Dra. Alta Smit
Directora de Asuntos Médicos e investigación de Heel
La red metabólica es el núcleo de la biología celular y sistémica, integrando procesos fundamentales que sustentan tanto enfermedades infecciosas como no infecciosas. El metabolismo funciona como una red compleja de subredes especializadas (lípidos, energía, glucosa) que interactúan con sistemas como el inmune, neuronal, endocrino, el microbioma y el microambiente celular. Aunque tradicionalmente se ha interpretado la regulación metabólica de forma lineal, la evidencia actual muestra que es un sistema caótico y no lineal, donde la disrupción, especialmente a nivel mitocondrial, tiene repercusiones multisistémicas en tejidos como el adiposo, muscular, pancreático, cerebral y tumoral.
Efectividad Terapéutica: Se han realizado varios estudios preclínicos que sugieren que Engystol puede tener efectos inmunomoduladores, antiinflamatorios y antivirales. Un estudio destacado mostró una reducción en la patología pulmonar en hámsters infectados con SARS-CoV-2.
Investigación Preclínica y Piloto: Los estudios incluyen investigaciones sobre cómo Engystol afecta la producción de citoquinas proinflamatorias, la actividad fagocítica, y la producción de interferón tipo 1. Los estudios piloto sugieren que Engystol podría reducir los cambios inflamatorios en los pulmones sin afectar significativamente la carga viral o el peso corporal.
La disfunción mitocondrial es un factor común en múltiples patologías crónicas, incluyendo enfermedades metabólicas, cardiovasculares, neurológicas, inflamatorias y cáncer. La obesidad, en particular, se asocia con resistencia a la insulina, disfunción cardiovascular, alteraciones respiratorias, renales, reproductivas y neoplásicas. Evolutivamente, la red metabólica ha conservado su arquitectura básica, pero ha incrementado su complejidad funcional para adaptarse a nuevas demandas energéticas y ambientales. Las mitocondrias, además de producir ATP, participan en señalización celular, degradación de nutrientes y defensa antioxidante.
En el contexto de la obesidad, el tejido adiposo se clasifica en blanco, marrón y beige, cada uno con funciones específicas en el almacenamiento y disipación de energía. El adipocito beige, inducible farmacológicamente, es un objetivo terapéutico emergente para combatir la obesidad mediante la promoción de la termogénesis y la biogénesis mitocondrial. La regulación glucémica por insulina y glucagón sigue siendo fundamental en el tratamiento de la diabetes tipo 2 y otras disfunciones metabólicas.
Durante la pandemia de COVID-19, se evidenció que la obesidad aumenta el riesgo de complicaciones graves, resaltando su naturaleza multifactorial, influida por factores ambientales, biológicos y epigenéticos, que pueden originar enfermedades metabólicas desde etapas tempranas de la vida. Los contaminantes orgánicos persistentes (COPs), como bisfenoles, metales pesados y pesticidas, se acumulan en el tejido adiposo blanco y se asocian con mayor prevalencia de enfermedades metabólicas, especialmente en personas obesas. Estos compuestos, junto con otros xenobióticos como microplásticos y ciertos medicamentos, afectan negativamente la función mitocondrial y la homeostasis energética, promoviendo inflamación crónica, disfunción endotelial y progresión de enfermedades metabólicas.
El sistema linfático es clave en el tejido adiposo, y su deterioro en la obesidad perpetúa la acumulación de grasa y la disfunción metabólica. La estimulación del drenaje linfático es relevante en estrategias de desintoxicación. El estrés, especialmente cuando es crónico o se presenta en etapas tempranas, altera la programación epigenética y la función mitocondrial, contribuyendo a enfermedades psiquiátricas y neurodegenerativas. La cronobiología también es esencial: la alteración de los ritmos circadianos afecta la regulación hormonal y metabólica, incrementando el riesgo de obesidad y enfermedades crónicas.
Finalmente, la desregulación metabólica induce rigidez tisular y favorece la progresión de enfermedades crónicas. Estrategias como la alimentación saludable y el ayuno intermitente pueden restaurar la homeostasis metabólica. La activación del tejido adiposo marrón para aumentar el gasto energético es un área de investigación activa, aunque los métodos para estimularlo, como la exposición al frío, requieren mayor evidencia científica.
En el abordaje terapéutico de la desregulación metabólica, la farmacología en red emerge como una estrategia innovadora. Esta se basa en el uso de medicamentos multiobjetivo y multicomponente, capaces de modular simultáneamente múltiples nodos de la red metabólica, con menor toxicidad y efectos secundarios. Los componentes vegetales y fitoterapéuticos son ejemplos paradigmáticos de esta aproximación, y la investigación actual explora sinergias y nuevas combinaciones a través de estudios ómicos y de lipidómica.
La mitocondria, núcleo funcional de la red energética celular, es esencial en la producción de ATP mediante el ciclo de Krebs y la cadena respiratoria. En este contexto, la coenzima Q10 (ubiquinona) desempeña un papel central en el transporte de electrones y la fosforilación oxidativa. Estudios recientes han evaluado la eficacia de la combinación de coenzyme compositum y ubichinon compositum, mostrando beneficios en la vitalidad celular, el metabolismo energético y la protección frente al estrés oxidativo. Ensayos clínicos y estudios observacionales han reportado mejoras en pacientes con COVID prolongado, enfermedades inflamatorias crónicas, cetoacidosis diabética, cardiopatía coronaria en tratamiento con estatinas y síndrome metabólico, así como reducción de síntomas como cefalea, dolor musculoesquelético y reflujo gastroesofágico.
HEPAR compositum es otro medicamento relevante, utilizado específicamente en la desregulación metabólica y la enfermedad hepática grasa no alcohólica (MASLD). Se ha demostrado que ralentiza la progresión de la fibrosis hepática, reduce el colesterol intrahepático y la inflamación, y mejora la capacidad de detoxificación hepática.
La detoxificación y el drenaje de xenobióticos lipofílicos, como los pesticidas orgánicos persistentes, requieren una reducción gradual de los depósitos grasos para evitar la movilización aguda de toxinas hacia órganos vulnerables como el cerebro. En este sentido, se recomienda una estrategia terapéutica secuencial que prepare el hígado, el riñón y el tejido conectivo para la excreción de toxinas. El protocolo denominado “KIT” incluye tres medicamentos: Nux vomica para el soporte hepático, Berberis para la función renal y Lymphomyosot para el drenaje del tejido conectivo y adiposo, optimizando así el proceso de detoxificación y reduciendo el riesgo de efectos adversos.
La intervención en la desregulación metabólica debe ser integral y personalizada, combinando modificaciones en el estilo de vida, estrategias nutricionales, farmacología en red y protocolos específicos de detoxificación y drenaje, con especial atención a la protección mitocondrial y la función hepatorrenal. Los medicamentos mencionados—coenzyme compositum, ubichinon compositum, HEPAR compositum, Nux vomica, Berberis y Lymphomyosot—representan opciones terapéuticas con evidencia emergente en la optimización de la red metabólica y la prevención de complicaciones crónicas.
Ideas principales
- La red metabólica es el fundamento de la biología celular y sistémica, y su desregulación afecta múltiples sistemas y órganos, siendo la disfunción mitocondrial un denominador común en enfermedades como el síndrome metabólico, diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, neurodegenerativas y cáncer.
- Diversos medicamentos pueden impactar negativamente la función mitocondrial y la red metabólica, entre ellos estatinas, antivirales, antibióticos (especialmente aminoglucósidos), ketoconazol, fármacos antituberculosos, medicamentos del sistema nervioso central, antiepilépticos, anfetaminas, metformina, antiinflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, diclofenaco, salicilatos), beta bloqueantes y fármacos oncológicos; algunos, como la metformina, pueden paradójicamente inducir disfunción mitocondrial pese a su uso en diabetes.
- La farmacología en red y el uso de medicamentos multiobjetivo y multicomponente, como coenzyme compositum y ubichinon compositum, han mostrado beneficios en la vitalidad celular, el metabolismo energético y la protección frente al estrés oxidativo, con evidencia en patologías como COVID prolongado, enfermedades inflamatorias crónicas, cetoacidosis diabética y síndrome metabólico.
- HEPAR compositum es un medicamento relevante en la desregulación metabólica y la enfermedad hepática grasa no alcohólica (MASLD), ya que ralentiza la fibrosis hepática, reduce el colesterol intrahepático y la inflamación, y mejora la capacidad de detoxificación hepática.
- Para la detoxificación y el drenaje de xenobióticos lipofílicos acumulados en el tejido adiposo, se recomienda una estrategia secuencial con el “KIT” de medicamentos: Nux vomica (soporte hepático), Berberis (función renal) y Lymphomyosot (drenaje del tejido conectivo y adiposo), optimizando la excreción de toxinas y reduciendo riesgos asociados a la movilización de contaminantes.