Highlights 2025
Congreso Internacional
Medicina Biorreguladora de Sistemas
METABÓLICA Y ENERGÉTICA CELULAR
Aproximación terapéutica de la coadyuvancia con medicina biorreguladora en el paciente oncológico

Dr. Luis Martínez
Médico Especialista en Medicina Interna y Oncología
El cáncer, según la Organización Mundial de la Salud, comprende un conjunto de enfermedades caracterizadas por la proliferación anormal y descontrolada de células, fenómeno generalmente originado por daños en el ADN y fallos en los mecanismos de reparación celular. Diversos agentes externos, como el consumo de alcohol, una dieta inadecuada, infecciones, inflamación crónica, inmunosupresión, exposición solar y la generación de radicales libres, contribuyen a la aparición de estas alteraciones genéticas.
El abordaje terapéutico del cáncer es multifacético e incluye cirugía, quimioterapia, radioterapia, inmunoterapia, terapia hormonal, terapias dirigidas y trasplante de médula ósea. Tras el tratamiento principal, se emplean terapias adyuvantes para reducir el riesgo de recaída, y tratamientos coadyuvantes que colaboran con los anteriores. Sin embargo, uno de los principales desafíos en la oncología es la aparición de toxicidades, especialmente asociadas a la quimioterapia y la radioterapia.

Las toxicidades pueden ser inmediatas o a largo plazo, manifestándose como náuseas, vómitos, alteraciones gastrointestinales, pérdida de apetito, lesiones en la piel y mucosas, caída del cabello, pérdida de peso, complicaciones cardiológicas y fatiga. Estas reacciones adversas se deben a que los tratamientos no solo dañan las células malignas, sino también las células sanas.
Desde el punto de vista fisiopatológico, la quimioterapia induce la producción de radicales libres y un estrés oxidativo extremo, afectando tanto a células tumorales como normales, alterando la función mitocondrial, la homeostasis y la expresión genética. Tradicionalmente, el manejo de la toxicidad se limita a medidas sintomáticas como antieméticos, hidratación y reposo, esperando la recuperación espontánea del paciente. No obstante, este enfoque pasivo puede comprometer la calidad de vida y la adherencia al tratamiento, por lo que se plantea la necesidad de intervenciones más activas para mejorar la evolución clínica y el bienestar del paciente oncológico.

El control adecuado de las toxicidades derivadas del tratamiento oncológico es fundamental para asegurar la continuidad y adherencia del paciente a la terapia. En este contexto, la medicina biorreguladora surge como una alternativa complementaria, basada en el uso de medicamentos en microdosis que buscan estimular fisiológicamente la homeostasis de las células normales. Tradicionalmente, la medicina ha mostrado cierta resistencia a incorporar terapias no convencionales, especialmente en oncología. Sin embargo, la revisión de la literatura y de estudios clínicos ha evidenciado el potencial de los medicamentos biorreguladores para modular múltiples puntos de acción en el organismo, no solo aliviando síntomas, sino también favoreciendo el restablecimiento del equilibrio celular afectado por la quimioterapia.
La medicina biorreguladora de sistemas se fundamenta en la capacidad de autorregulación del cuerpo, utilizando productos compuestos por plantas medicinales y otros principios activos naturales en bajas concentraciones. Estos medicamentos actúan modulando las respuestas biológicas sin suprimirlas, promoviendo la destoxificación y estimulando la capacidad curativa del organismo, sin generar efectos secundarios relevantes ni interacciones medicamentosas.

Entre los medicamentos destacados se encuentran el Coenzyme compositum, que estimula la actividad metabólica mitocondrial, refuerza el aporte energético celular mediante la producción de ATP, detoxifica y ejerce un efecto antioxidante; el Ubichinon compositum, que regula procesos enzimáticos mitocondriales, facilita la desintoxicación y el drenaje celular, protege la membrana celular y mejora la función endotelial; y el Traumeel, que estimula la producción de citoquinas antiinflamatorias, modula la inflamación, estabiliza la permeabilidad vascular, proporciona analgesia y elimina la estasis venosa. Estos medicamentos representan alternativas válidas para abordar las complicaciones asociadas al tratamiento oncológico, contribuyendo a la recuperación y bienestar integral del paciente. La mucosa compositum que va a fortalecer la repitalización de las mucosas, estimular y favorecer la respuesta inmunológica, funcionar como antioxidante y modulador de la inflamación.
La administración de la terapia biorreguladora en pacientes sometidos a quimioterapia no presenta contraindicaciones, ya que estos medicamentos no interfieren con la acción citotóxica sobre las células malignas, pero sí contribuyen a fortalecer las células normales. Esta compatibilidad permite su uso concomitante con los tratamientos oncológicos convencionales. Para una optimización aún mayor, se sugiere considerar la vida media de los agentes quimioterapéuticos, de modo que la terapia biorreguladora pueda emplearse estratégicamente para facilitar la eliminación de metabolitos tóxicos una vez que la quimioterapia ha ejercido su efecto principal, reduciendo así la toxicidad y favoreciendo la recuperación del paciente.

La evidencia clínica y experimental respalda el uso de medicamentos biorreguladores como Coenzyme compositum, Ubichinon compositum y Traumeel, los cuales han demostrado actividad tanto in vitro como in vivo en la inhibición de células malignas, incluso en estadios avanzados de la enfermedad. Asimismo, compuestos como la Berberina han mostrado efectos beneficiosos adicionales, como el control de metástasis y la detención del ciclo celular. Revisiones bibliográficas y publicaciones internacionales sugieren que la homeopatía y la medicina biorreguladora pueden ser útiles como tratamientos complementarios, contribuyendo a la reducción de efectos secundarios y potenciando la eficacia de la quimioterapia.
Diversos estudios clínicos han reportado beneficios de estos medicamentos en patologías como cáncer de mama, próstata y linfomas, lo que refuerza la propuesta de su uso en coadyuvancia. En síntesis, la integración de la terapia biorreguladora con los tratamientos convencionales representa una estrategia prometedora para mejorar los resultados clínicos y la calidad de vida de los pacientes oncológicos.
Presentación de caso clínico:
paciente masculino de 33 años, previamente sano, diagnosticado con cáncer testicular germinal mixto en estadio IV con metástasis pulmonar. Tras la orquiectomía izquierda, el paciente presentaba marcadores tumorales elevados, especialmente alfa-fetoproteína. Ante la necesidad de un abordaje integral, se inició una fase de detoxificación con Detox-heel antes de la quimioterapia.
El tratamiento oncológico consistió en el protocolo BEP (bleomicina, etopósido y platino), conocido por su alta toxicidad (grado 3). Para mitigar los efectos adversos, se implementó de manera concomitante una terapia biorreguladora con Lymphomiosot, Nux vómica-homaccord y Traumeel. Sorprendentemente, tras el primer ciclo, el paciente no presentó toxicidad (grado 0) y mostró una reducción significativa del marcador tumoral alfa-fetoproteína (de 44.5 a 10.7). Esta tendencia se mantuvo en los ciclos posteriores, alcanzando valores casi indetectables y ausencia de metástasis en las imágenes.
Finalizada la quimioterapia, se continuó con un esquema de mantenimiento basado en Lymphomiosot, Mucosa Compositum, Traumeel, Ubichinon compositum y Coenzyme compositum, logrando mantener al paciente libre de actividad tumoral. Este caso ilustra el potencial de la medicina biorreguladora como coadyuvante para reducir la toxicidad y posiblemente potenciar la eficacia de la quimioterapia, sin interferir en su acción antitumoral.

El autor destaca la importancia de la oncología integrativa, que combina terapias convencionales y complementarias para optimizar la calidad de vida y los resultados clínicos. Se concluye que la medicina biorreguladora representa una alternativa válida en el manejo de las toxicidades asociadas a la quimioterapia, recomendando su consideración como tratamiento coadyuvante y subrayando la necesidad de más estudios clínicos que respalden su eficacia. La experiencia institucional en Guayaquil, pionera en la integración de ambos enfoques terapéuticos, refuerza la viabilidad de este modelo en la práctica clínica.
Ideas principales
- El cáncer y su tratamiento generan toxicidades significativas: El cáncer es una enfermedad compleja y multifactorial. Los tratamientos convencionales, especialmente la quimioterapia, producen toxicidades agudas y crónicas que afectan tanto a células malignas como sanas, comprometiendo la calidad de vida y la adherencia terapéutica del paciente.
- Limitaciones del manejo tradicional de la toxicidad: El abordaje convencional de la toxicidad suele ser reactivo (antieméticos, hidratación, reposo), sin intervenciones activas para proteger o restaurar las células sanas durante el tratamiento oncológico.
- Propuesta de la medicina biorreguladora como coadyuvante: Se plantea la integración de medicamentos biorreguladores en microdosis, que estimulan la homeostasis y la autorregulación celular, sin suprimir respuestas biológicas ni generar efectos secundarios relevantes ni interacciones medicamentosas.
- Medicamentos biorreguladores utilizados y sus funciones:
- Coenzyme compositum: Estimula la actividad metabólica mitocondrial, refuerza el aporte energético celular, detoxifica y tiene efecto antioxidante.
- Ubichinon compositum: Regula procesos enzimáticos mitocondriales, facilita la desintoxicación y el drenaje celular, protege la membrana celular y mejora la función endotelial.
- Traumeel: Estimula la producción de citoquinas antiinflamatorias, modula la inflamación, estabiliza la permeabilidad vascular y proporciona analgesia.
- Mucosa compositum: Fortalece la repitalización de mucosas, estimula la respuesta inmunológica y actúa como antioxidante y modulador de la inflamación.
- Detox-heel: Combinación de medicamentos (Lymphomiosot, Nux vómica-homaccord, Berberis-Homaccord) que favorecen la función inmunológica, el drenaje linfático y gastrointestinal, y la detoxificación renal, urinaria y hepatobiliar.
- Lymphomiosot: Drenaje linfático específico.
- Nux vómica-homaccord: Disminuye la toxicidad en mucosas asociada a la quimioterapia.
- Berberis-Homaccord: Destoxificante renal, urinario y hepatobiliar.
- Engystol: Estimula la actividad fagocitaria, activa células natural killer y linfocitos T, potenciando la respuesta inmunológica.
- Evidencia clínica y caso práctico: Caso de cáncer testicular avanzado tratado con quimioterapia y medicina biorreguladora, logrando reducción de toxicidad y respuesta tumoral favorable, sin interferir en la eficacia del tratamiento convencional.
- Oncología integrativa y experiencia institucional: Se promueve la oncología integrativa, combinando terapias convencionales y biorreguladoras para optimizar resultados y calidad de vida. El centro del autor en Guayaquil ha implementado esta estrategia de forma pionera.
- Conclusión y perspectiva: La medicina biorreguladora, con los medicamentos mencionados, representa una alternativa válida como coadyuvante en oncología, pero se requiere mayor investigación clínica rigurosa para consolidar su evidencia científica.