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Congreso Internacional
Medicina Biorreguladora de Sistemas
METABÓLICO Y SALUD DE LA MUJER
IVU Recurrentes en mujeres: Romper el ciclo con un enfoque biorregulador

Dra. Martha Marrugo
Ginecóloga Integrativa y Especialista en Reprodución Humana
En ginecología, como en muchas otras especialidades, nos enfrentamos a importantes brechas terapéuticas. Es común recibir pacientes que han consultado a numerosos especialistas sin encontrar una solución definitiva a sus problemas.
Entre estas brechas, destacan afecciones frecuentes como el dolor pélvico, la vaginitis, las alteraciones del ciclo menstrual, la menopausia, el síndrome premenstrual y las infecciones urinarias. Muchas de estas condiciones comparten un origen común: la inflamación de bajo grado. Sin embargo, el abordaje convencional suele ser lineal y sintomático: ante un dolor pélvico, se prescribe un AINE o un antiespasmódico; para la vaginitis, un antimicótico o antibiótico; para alteraciones del ciclo, un anticonceptivo; para el síndrome premenstrual, un antidepresivo; y para infecciones urinarias recurrentes, un antibiótico. Este enfoque fragmentado no considera la integración de los sistemas ni la recurrencia de los síntomas, como ocurre en las infecciones urinarias.
Sabemos que los riñones cumplen funciones esenciales como la excreción, la homeostasis, la regulación de procesos inflamatorios y hormonales, y la producción de eritropoyetina y vitamina D. Anatómicamente, la mujer tiene una uretra más corta y cercana al recto, lo que favorece la recurrencia de infecciones urinarias. Estas infecciones se clasifican según su localización: la cistitis afecta el tracto urinario inferior, mientras que la pielonefritis compromete el tracto superior y suele ser más grave.

Las complicaciones en la mujer suelen estar relacionadas con anomalías funcionales y estructurales, mientras que en el hombre, cualquier infección urinaria se considera complicada. Epidemiológicamente, la cistitis aguda es la infección urinaria más frecuente en mujeres: un tercio de las jóvenes tendrá al menos un episodio antes de los 24 años, y entre el 50 y el 80% de todas las mujeres experimentarán una infección urinaria a lo largo de su vida.
En la mujer madura, especialmente durante la menopausia, la recurrencia de infecciones urinarias es aún más común, principalmente debido al hipoestrogenismo. Entre el 30 y el 40% de las mujeres menopáusicas tendrán episodios recurrentes en un año, muchas veces dentro de los tres meses posteriores a un tratamiento previo.

El uso de antibióticos para tratar infecciones urinarias representa aproximadamente el 15% de todas las prescripciones de estos medicamentos. Escherichia coli y Staphylococcus saprophyticus son responsables de cerca del 80% de los casos, siendo la E. coli la principal causa de recurrencia. La infección urinaria recurrente se define como dos episodios en seis meses o tres en un año. La reinfección, causada por un microorganismo diferente, suele ocurrir al menos dos semanas después del tratamiento, mientras que la recaída implica la persistencia del mismo microorganismo.
Los factores de riesgo varían según la edad y antecedentes, como infecciones previas, historia materna de infecciones urinarias, relaciones sexuales, uso de espermicidas, embarazo y alteraciones anatómicas. En la menopausia, la atrofia por déficit de estrógenos, la incontinencia, el cistocele, el vaciamiento incompleto y comorbilidades como la diabetes aumentan el riesgo de recurrencia. Además, infecciones por cándida, aspergillus y criptococos también pueden contribuir a la recurrencia.
La vía de infección suele ser ascendente, aunque también puede ser hematógena o linfática. La interacción entre las adhesinas bacterianas (fimbrias) y los receptores del uroepitelio facilita la colonización y la recurrencia. Factores propios del huésped, como la edad, el género, las comorbilidades y las características de la orina (osmolaridad, acidez, concentración de urea), influyen en la susceptibilidad. Otros mecanismos de defensa incluyen proteínas como la de Tamn-Horsfall, mucopolisacáridos, inmunoglobulina A, péptidos antimicrobianos, lactoferrina y lipocalina, que limitan la supervivencia bacteriana.
La infección urinaria es un proceso inflamatorio crónico del uroepitelio, resultado de la interacción entre el huésped y el patógeno. La respuesta inflamatoria incluye la infiltración de neutrófilos, que fagocitan las bacterias, aunque algunas logran evadir esta defensa y formar biopelículas, estructuras que protegen a los microorganismos y dificultan su erradicación. Además, las bacterias se comunican entre sí mediante señales químicas (quorum sensing), regulando su virulencia y resistencia.

El diagnóstico se basa en la historia clínica, el examen físico, el análisis de orina y el urocultivo. La prevención incluye medidas como aumentar la ingesta de líquidos, especialmente en adolescentes y mujeres mayores. Sin embargo, la profilaxis antibiótica puede aumentar la resistencia bacteriana. Se utilizan estrategias como la profilaxis continua o poscoital con antibióticos a bajas dosis, vacunas, probióticos y estrógenos vaginales, aunque estos últimos tienen limitaciones en ciertas pacientes.
Las brechas terapéuticas persisten debido a los efectos secundarios, toxicidad y alteraciones de la microbiota asociadas al uso de antibióticos. Aquí es donde la medicina biorreguladora ofrece alternativas para modular las redes biológicas y promover la autorregulación. Un ejemplo es Ren-Heel, un medicamento multicomponente utilizado en el tratamiento y prevención de infecciones urinarias agudas y recurrentes.
Ren-Heel contiene seis ingredientes activos de origen mineral, vegetal y animal, destacando la Lytta vesicatoria, la Serenoa repens y el Berberis vulgaris. Estos componentes actúan de manera sinérgica: la berberina del Berberis tiene acción inmunomoduladora, inhibe la formación de fimbrias y biopelículas, y ejerce un efecto nefroprotector y antiinflamatorio; la Serenoa repens posee propiedades antiinflamatorias, analgésicas y antiespasmódicas, además de inhibir biopelículas y mejorar los síntomas urinarios; la Lytta vesicatoria modula la respuesta inmune local, aumenta la actividad de linfocitos y macrófagos, y tiene efecto bactericida.
El modo de administración es sencillo: una tableta sublingual cada 8 horas, o tres veces al día durante 3 a 6 meses en casos de infecciones recurrentes, pudiendo combinarse con antibióticos sin reportarse efectos secundarios. Ren-Heel previene infecciones al inhibir la síntesis de fimbrias tipo 2, responsables de la pielonefritis aguda, y la formación de biopelículas, además de modular la inflamación de la mucosa genitourinaria.

Entre sus beneficios, destaca que no aumenta la resistencia bacteriana ni altera la microbiota intestinal, reduce los mecanismos de resistencia bacteriana y puede utilizarse como coadyuvante o monoterapia, especialmente en pacientes polimedicadas o refractarias a tratamientos convencionales. Es útil en la profilaxis de infecciones urinarias en mujeres con diabetes, en etapa climatérica o menopáusica, usuarias de espermicidas o con riesgo de infecciones por gérmenes resistentes.
En definitiva, la medicina puede abordarse desde la perspectiva convencional, la bioreguladora o una combinación de ambas. La medicina biorreguladora representa una valiosa herramienta para ofrecer bienestar y calidad de vida a nuestras pacientes. Por ello, los invito a integrar un enfoque más integral y humano, considerando todas las opciones terapéuticas disponibles para el beneficio de la mujer en cada etapa de su vida. La tendencia actual es ofrecer alternativas complementarias, permitiendo que la mujer participe activamente en la elección de su tratamiento y reciba una atención más personalizada e integral.
La intervención en la desregulación metabólica debe ser integral y personalizada, combinando modificaciones en el estilo de vida, estrategias nutricionales, farmacología en red y protocolos específicos de detoxificación y drenaje, con especial atención a la protección mitocondrial y la función hepatorrenal. Los medicamentos mencionados—coenzyme compositum, ubichinon compositum, HEPAR compositum, Nux vomica, Berberis y Lymphomyosot—representan opciones terapéuticas con evidencia emergente en la optimización de la red metabólica y la prevención de complicaciones crónicas.
Ideas principales
- Las infecciones urinarias recurrentes representan una brecha terapéutica en ginecología, donde el enfoque convencional con antibióticos a menudo resulta insuficiente debido a la resistencia bacteriana, los efectos secundarios y la alteración de la microbiota.
- La medicina biorreguladora ofrece una alternativa complementaria para abordar las infecciones urinarias recurrentes, modulando las redes biológicas y promoviendo la autorregulación del organismo, en lugar de simplemente suprimir los síntomas.
- Ren-Heel es un medicamento biorregulador multicomponente que combina ingredientes como Berberis vulgaris, Serenoa repens y Lytta vesicatoria para inhibir la formación de fimbrias y biopelículas, modular la inflamación y fortalecer la respuesta inmune, previniendo así las infecciones urinarias recurrentes.
- Ren-Heel presenta múltiples beneficios en el manejo de las infecciones urinarias, incluyendo la prevención de infecciones altas (pielonefritis), la disminución de la resistencia bacteriana, la mejora de la efectividad de los antibióticos y la modulación de la respuesta inmune, con un excelente perfil de tolerabilidad y seguridad, lo que lo convierte en una opción valiosa para pacientes polimedicadas o refractarias a tratamientos convencionales.