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Medicina Biorreguladora de Sistemas
METABÓLICO Y SALUD DE LA MUJER
Hepatopatía: El Desafío del Nuevo Enfoque Biorregulador

Dr. David Goossdenovich
Magister en Epidemiologia y Salud Pública
La hepatopatía crónica no alcohólica, anteriormente conocida como hígado graso, presenta una prevalencia global aproximada del 30%, cifra que se eleva a 31% en Sudamérica. En Ecuador, según la encuesta STEPS de 2003, la prevalencia es especialmente alta en mujeres mayores de 45 años (47%) y en varones (45%), mientras que en niños a partir de los 12 años alcanza el 39%. Estos datos reflejan una tendencia preocupante, ya que la enfermedad afecta a todas las edades y anticipa una carga significativa de enfermedades crónicas degenerativas, como diabetes, hipertensión y patologías neurodegenerativas.
El 70% de los factores que determinan la aparición de la hepatopatía crónica no alcohólica son epigenéticos y, por tanto, modificables, lo que subraya la importancia de intervenciones preventivas y terapéuticas dirigidas a la alimentación, el estilo de vida y la detoxificación hepática. La progresión de la enfermedad puede conducir a cirrosis incluso en ausencia de consumo de alcohol, y se asocia con un riesgo siete veces mayor de enfermedad cardiovascular, que constituye la principal causa de muerte en Ecuador (36%), seguida por la insuficiencia renal crónica.

El contexto nutricional en Ecuador es paradójico: el país ocupa el segundo lugar en Latinoamérica en desnutrición infantil por exceso calórico y deficiencia proteica, con dos de cada cinco niños menores de cinco años presentando anemia crónica. Este superávit alimentario de baja calidad, junto con el sedentarismo y el consumo elevado de azúcares y grasas saturadas, contribuye a la disbiosis intestinal y a la alteración del eje intestino-hígado-cerebro, favoreciendo la aparición de enfermedades metabólicas, cáncer hepático y pancreático.
El envejecimiento poblacional acelerado, con una proyección de al menos 19% de adultos mayores para 2030, incrementa la prevalencia de polimedicación, que ya afecta a más del 25% de esta población y se asocia a complicaciones graves como hepatopatías e insuficiencia renal. Este fenómeno, junto con el aumento de enfermedades crónicas, representa un desafío creciente para la sostenibilidad del sistema de salud y la seguridad social en Ecuador.

En la actualidad, la polimedicación afecta al 40% de la población a partir de los 40 años, no solo en adultos mayores, reflejando un fenómeno creciente de consumo simultáneo de múltiples fármacos, incluidos suplementos y vitaminas, que también poseen potencial toxicidad y efectos metabólicos. Este exceso farmacológico contribuye a la alteración del eje adiposo-hígado, promoviendo lipogénesis excesiva, lipoperoxidación y acumulación de grasa perivisceral, lo que favorece la inflamación crónica de bajo grado y el desarrollo de marcadores bioquímicos como microalbuminuria, elevación de enzimas hepáticas y proteína C reactiva, incluso en ausencia de alteraciones hematológicas evidentes.
En el contexto de la hepatopatía metabólica, la degeneración vacuolar de las células estrelladas hepáticas representa un evento temprano y silencioso, comprometiendo la capacidad regenerativa hepática y la homeostasis de la membrana celular. La progresión hacia fibrosis hepática y la acumulación de amonio, incluso en estadios iniciales de hígado graso, se asocia a deterioro cognitivo, trastornos de memoria y aumento del riesgo de demencia frontotemporal, como se ha evidenciado en casos clínicos recientes y en el contexto de la pandemia por COVID-19.
El estrés oxidativo y la sobreexpresión de receptores tipo toll (TLR) perpetúan la inflamación crónica, desregulando la respuesta inmune innata y adaptativa, y promoviendo la activación de vías como la ciclina D1, que incrementa el daño hepatocelular. Además, la disfunción del ciclo de la urea y la alteración de la síntesis de proteínas de fase aguda en el hígado contribuyen a la lipotoxicidad y a la vulnerabilidad inmunológica, explicando la mayor mortalidad por COVID-19 en adultos jóvenes con disfunción metabólica subyacente.
El hígado, órgano con la mayor densidad mitocondrial, es el epicentro de los procesos metabólicos y el principal blanco del estrés oxidativo sistémico. Por tanto, la polimedicación, la inflamación crónica de bajo grado y la disfunción mitocondrial convergen en la fisiopatología de la hepatopatía metabólica, subrayando la necesidad de un abordaje integral que contemple tanto la reducción de la carga farmacológica como la intervención sobre los factores metabólicos y oxidativos.

La polimedicación y el estrés oxidativo crónico, fenómenos que afectan ya al 40% de la población a partir de los 40 años, han generado profundas alteraciones en la homeostasis metabólica e inmunológica, con repercusiones sistémicas que trascienden la hepatopatía crónica no alcohólica. La disbiosis intestinal, agravada por el abuso de antibióticos, antiinflamatorios y automedicación, constituye el punto de partida de un círculo vicioso que involucra inflamación crónica de bajo grado, activación persistente de receptores tipo toll, y sobreproducción de interleuquinas proinflamatorias. Este entorno inflamatorio y oxidativo no solo compromete la función hepática, sino que también afecta la hematopoyesis, disminuyendo la producción de monocitos y facilitando la aparición de patologías graves y de inicio temprano, como el cáncer infantil.
La progresión silenciosa de la hepatopatía crónica, frecuentemente subdiagnosticada, se asocia a complicaciones metabólicas mayores, incluyendo obesidad, diabetes, hipertensión y dislipidemia heterogénica, que constituyen el núcleo de las enfermedades crónicas no transmisibles. La estratificación del riesgo es esencial: pacientes con antecedentes de exposición a fármacos hepatotóxicos, obesidad, dislipidemia o enfermedades crónicas de bajo grado requieren un abordaje preventivo y terapéutico intensivo, ya que la intervención temprana puede reducir hasta siete veces el riesgo de eventos cardiovasculares.

El daño metabólico no se limita al hígado; la esteatosis pancreática y la disregulación de los islotes beta contribuyen a la alteración del metabolismo glucídico, evidenciada por la elevación de la hemoglobina glicosilada en pacientes aún no diagnosticados como diabéticos. Este proceso, que puede iniciarse años antes de la manifestación clínica, subraya la importancia de intervenciones integrales que no solo reduzcan la adiposidad hepática, sino que restauren la función metabólica y regulen la inflamación sistémica. Así, el manejo de la hepatopatía crónica debe trascender la visión lipocéntrica y considerar el eje intestino-hígado-páncreas como un sistema dinámico, donde la prevención, la estratificación del riesgo y la intervención precoz son fundamentales para modificar el curso de la enfermedad y sus complicaciones asociadas.
En el abordaje del paciente con trastorno metabólico hepático, Hepar-Heel se presenta como un medicamento multicomponente de origen natural, compuesto por 24 ingredientes que actúan de manera sinérgica sobre diversas vías metabólicas y celulares. Su principal mecanismo de acción radica en la reducción de la acumulación de colesterol no esterificado, específicamente de lipoproteínas de baja y muy baja densidad (LDL y VLDL), que son las fracciones más aterogénicas y patogénicas en el contexto de la enfermedad hepática metabólica.
A nivel molecular, Hepar-Heel ejerce efectos antiinflamatorios al modular la producción de interleuquinas proinflamatorias y limitar la infiltración y activación de neutrófilos en el tejido hepático, lo que previene la perpetuación del daño inflamatorio y la liberación de mediadores citotóxicos por degranulación granulocítica. Esta acción contribuye a evitar el aumento del volumen hepático, la elevación de transaminasas (particularmente la alanina aminotransferasa), la hipertrofia hepatocelular y la acumulación de triglicéridos, factores clave en la progresión hacia la fibrosis hepática.

Adicionalmente, Hepar-Heel favorece la canalización del colesterol hacia rutas hormonales fisiológicas, promoviendo la aromatización y evitando su conversión patológica en LDL. A nivel genético, modula la expresión de ciclinas tipo 1, implicadas en la proliferación celular y la fibrosis inducida por amonio. La eficacia de Hepar-Heel ha sido demostrada tanto en modelos in vitro como in vivo, así como en estudios clínicos en humanos, evidenciando su capacidad para controlar de manera efectiva los procesos inflamatorios y metabólicos asociados a la hepatopatía crónica.
Estudios recientes de 2021 han evidenciado la relevancia de intervenir tempranamente en la esteatosis hepática no alcohólica y la esteatohepatitis, especialmente ante la elevación de transaminasas y hallazgos imagenológicos como ecografía, con el objetivo de prevenir la progresión hacia fibrosis, cirrosis y carcinoma hepático. En este contexto, Hepar-Heel se posiciona como una terapia endovenosa multicomponente dirigida al hepatocito, capaz de modular procesos inflamatorios y metabólicos a nivel molecular, complementando el tratamiento convencional.
Para asegurar una detoxificación hepática sostenida, especialmente en los días en que no se administra Hepar-Heel, se recomienda el uso de Hepeel N. Este medicamento, formulado con múltiples componentes en diversas diluciones (en seis diluciones el phosphorus, el verátrum y el colocynthis, en cuatro diluciones el Chelidonium y la Nux moschata, en tres diluciones el Lycopodium y el china y el carduus marianus en dos diluciones), no solo reduce la lipotoxicidad y regula funciones endocrinas hepáticas y pancreáticas, sino que también promueve la resiliencia celular, restaurando la capacidad intrínseca de auto detoxificación del hepatocito. Hepeel N, de administración bucodispersable y posología sencilla, está indicado tanto en hepatopatías agudas como crónicas de leves a moderadas, facilitando la adherencia terapéutica.
Entre sus componentes destaca Chelidonium, un antiespasmódico natural que, además de favorecer la digestión y prevenir la formación de cálculos biliares, contribuye a la protección frente a la intoxicación por cadmio, un factor etiológico relevante en poblaciones expuestas a minería, tabaquismo o agroquímicos. La acción sinérgica de los ingredientes de Hepeel N permite abordar no solo la sintomatología, sino también los mecanismos bioquímicos subyacentes, promoviendo la restauración funcional y la resiliencia hepática, más allá del mero control sintomático, y diferenciándose así de los hepatoprotector convencionales.

Estudios recientes de 2021 han consolidado la importancia de intervenir precozmente en la esteatosis hepática no alcohólica y la esteatohepatitis, especialmente ante la elevación de transaminasas y hallazgos imagenológicos, para prevenir la progresión hacia fibrosis, cirrosis y carcinoma hepático. En este contexto, Hepar-Heel se posiciona como una terapia endovenosa multicomponente dirigida al hepatocito, complementando el tratamiento convencional y actuando directamente sobre los procesos inflamatorios y metabólicos hepáticos.
Para mantener una detoxificación hepática continua, especialmente en los días sin administración endovenosa, se recomienda Hepeel N, un producto oral bucodispersable que, gracias a su formulación con múltiples componentes en diversas diluciones (incluyendo Chelidonium, Phosphorus, Nux moschata, Verátrum, Lycopodium, Colocynthis y Carduus marianus), no solo reduce la lipotoxicidad y regula funciones endocrinas hepáticas y pancreáticas, sino que también promueve la resiliencia celular y la capacidad intrínseca de auto detoxificación del hepatocito. Este enfoque biorregulador va más allá del control sintomático, restaurando la funcionalidad hepática y la homeostasis metabólica.
Chelidonium es un antiespasmódico natural con efectos relevantes en la salud hepática, especialmente en contextos de exposición a cadmio, como ocurre en fumadores, personas que viven en zonas mineras o quienes están en contacto frecuente con agroquímicos. La acumulación de cadmio puede causar hepatopatías de difícil diagnóstico, manifestándose como dolor hepático debido a inflamación subcapsular. Chelidonium contribuye a la digestión, facilita el vaciamiento gástrico y previene la formación de barro y cálculos biliares, así como las disquinesias biliares, ayudando a evitar complicaciones inflamatorias crónicas de la vesícula.
Otros componentes como Phosphorus favorecen la detoxificación y mejoran la función hepática residual en casos avanzados, como la cirrosis, además de aliviar síntomas digestivos como náuseas, distensión abdominal y boca amarga. Nux moscata actúa como destoxificante y regula el tránsito intestinal, mientras que Verátrum aporta efectos antioxidantes y hepatoprotectores.
Lycopodium mejora la digestión y es especialmente útil en pacientes diabéticos con gastroparesia, y Colocynthis, junto con Carduus marianus, potencia la detoxificación y la autor regeneración hepática, destacando este último por su actividad anticancerígena demostrada in vitro. En conjunto, estos componentes ofrecen un enfoque integral para la protección y recuperación funcional del hígado y el sistema biliar.
Para un abordaje integral, se recomienda realizar el tratamiento con Hepeel por vía oral, administrando una tableta tres veces al día durante un periodo de 6 a 12 semanas, complementado con Hepar compositum mediante la aplicación de tres ampollas semanales durante el mismo intervalo. Al finalizar este ciclo, se sugiere evaluar los marcadores hepáticos mensualmente y, según la evolución clínica y bioquímica del paciente, considerar la posibilidad de repetir el tratamiento tras un mes de descanso. Este enfoque no solo permite un control efectivo de la función hepática, sino que, según la evidencia disponible, puede reducir hasta siete veces el riesgo de cáncer, cinco veces el riesgo de diabetes mellitus, cinco veces el riesgo de enfermedades neurodegenerativas crónicas y disminuir significativamente la incidencia de hiperuricemia y crisis gotosas. Finalmente, es fundamental mantener una actitud investigadora y abierta al conocimiento, con el objetivo de comprender mejor el funcionamiento del organismo y optimizar las estrategias terapéuticas en beneficio de nuestros pacientes.

El protocolo terapéutico integral consiste en la administración oral de Hepeel (una tableta tres veces al día durante 6 a 12 semanas) y Hepar compositum (tres ampollas semanales por el mismo periodo), con seguimiento mensual de marcadores hepáticos. Según la evidencia presentada, este abordaje no solo optimiza el control hepático, sino que permite reducir hasta siete veces el riesgo de cáncer, cinco veces el riesgo de diabetes mellitus y enfermedades neurodegenerativas crónicas, así como disminuir la incidencia de hiperuricemia y crisis gotosas. Así, la integración de Hepar-Heel, Hepeel N y Hepar compositum representa una estrategia eficaz y segura para la reducción del riesgo global en pacientes con hepatopatía crónica y comorbilidades asociadas.
Ideas principales
- La hepatopatía crónica no alcohólica es altamente prevalente y multifactorial, con una carga significativa de enfermedades crónicas asociadas. Su progresión está determinada en un 70% por factores epigenéticos modificables, lo que resalta la importancia de intervenciones preventivas y terapéuticas que incluyan la detoxificación hepática y el control metabólico.
- Hepar-Heel se posiciona como un medicamento multicomponente clave en el manejo biorregulador, actuando directamente sobre el hepatocito para reducir la acumulación de colesterol no esterificado (LDL y VLDL), modular la inflamación y limitar la infiltración de neutrófilos, previniendo así la progresión hacia fibrosis, cirrosis y carcinoma hepático.
- Hepeel N complementa la acción de Hepar-Heel al asegurar una detoxificación hepática sostenida, gracias a su formulación con múltiples componentes en diversas diluciones (Chelidonium, Phosphorus, Nux moschata, Verátrum, Lycopodium, Colocynthis y Carduus marianus), que no solo reducen la lipotoxicidad y regulan funciones endocrinas, sino que también restauran la resiliencia y la capacidad de auto detoxificación del hígado.
- El protocolo integral con Hepeel y Hepar compositum, administrados durante 6 a 12 semanas y con seguimiento de marcadores hepáticos, ha demostrado reducir de manera significativa el riesgo de complicaciones mayores, incluyendo hasta siete veces menos riesgo de cáncer, cinco veces menos riesgo de diabetes mellitus y enfermedades neurodegenerativas, y una menor incidencia de hiperuricemia y crisis gotosas.
- Este enfoque biorregulador, que integra Hepar-Heel, Hepeel N y Hepar compositum, va más allá del control sintomático, abordando los mecanismos bioquímicos subyacentes, restaurando la funcionalidad hepática y metabólica, y ofreciendo una estrategia eficaz y segura para la reducción del riesgo global en pacientes con hepatopatía crónica y comorbilidades asociadas.